"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Reportaje
SOS en la Comunidad Valenciana: zona devastada para la discapacidad
Esta región es la más afectada por los impagos y recortes
05/12/2012
Mario García
Un “pequeño gran caos” sobrevuela la Comunidad Valenciana, la región más devastada de España en las políticas de discapacidad, con impagos millonarios que asfixian a este colectivo y dificultan su vida cotidiana. El principal motivo: la falta de liquidez de las personas con discapacidad y su movimiento asociativo, debido a los retrasos de la Generalitat Valenciana en cumplir sus compromisos financieros.
Lunes 3 de diciembre de 2012. Coincidiendo con el Día Internacional y Europeo de las Personas con Discapacidad, alrededor de 4.000 manifestantes lanzaron una llamada de socorro en Valencia, entre la plaza del Temple y la plaza de la Virgen, con una parada en la sede de las Cortes Valencianas, para denunciar la precariedad en la que viven.
Jueves 11 de octubre de 2012. Unas 6.000 personas con discapacidad y sus familiares se concentraron en Valencia para manifestarse contra los recortes y la deuda, de unos 50 millones de euros, que la Generalitat mantenía con las entidades sociales de este sector, y pretendieron entregar un escrito a todos los partidos y al presidente de las Cortes Valencianas, pero se encontraron con las puertas cerradas.
Viernes 1 de junio de 2012. El CERMI Comunidad Valenciana crea un Comité de Crisis dada la situación de impago en la que se encontraban más del 90% de las entidades de la discapacidad.
Sábado 3 de diciembre de 2011. Una gran concentración de luto en la plaza de la Virgen de Valencia congregó a miles de personas para protestar contra las políticas de recortes de derechos y debilitamiento de la protección y el bienestar social que llevaba a cabo la Generalitat Valenciana y que hacía peligrar la continuidad de este sector social.
Se trata cuatro hechos puntuales celebrados en el último año, donde entre el movimiento asociativo de la discapacidad, que representa a unas 400.000 personas, se han deslizado términos gruesos para explicar su situación, como “crítica”, “complicada”, “gravísima”, “insostenible” y “alarmante”.
“Quiebra técnica”
El presidente del CERMI Comunidad Valenciana, Joan Planells, afirma que la Generalitat Valenciana se encuentra “en quiebra técnica” y “debe mucho dinero” al sector de las personas con discapacidad, con impagos que se prolongan durante meses, o años en algunos casos.
“La situación se complica a unos extremos totales porque hay personas que llevan meses sin cobrar y que tienen sus problemas, como todo hijo de vecino. Estamos más pendientes del cobro inmediato porque, además, ahora no hay obras sociales de las cajas de ahorros y antes podíamos pedir crédito y hay bancos que han dado órdenes internas de que nos se preste a las ONG. Hay un maremágnum económico”, explica.
Comenta que hay entidades a las que les debe las tres consejerías “y ahí el desmadre es total y con deudas cuantiosas al personal. Si añadimos que el año pasado había una ayuda del 75% para el empleo y este año ha quedado reducida por ley al 50%, esto va a agravar la situación. Tenemos un pequeño gran caos”, apunta.
Planells añade otro dato: “El presupuesto de Bienestar Social ha sido idéntico al del año anterior, pero siempre digo que un presupuesto que no sube en servicios sociales es inferior porque cada año las necesidades son mayores. Afortunadamente, las personas con discapacidad no mueren como antes y llegan nuevas generaciones a las que hay que dar servicios. Entonces, si se mantiene el presupuesto, quiere decir que a los nuevos no se les dará servicios”.
Subraya que a la Generalitat Valenciana se le atribuye una deuda de unos 25.000 millones de euros, que “está pesando como una losa porque se pagan intereses enormes” para paliar este déficit.
Planells destaca que el dinero que reciba el Gobierno valenciano por el Fondo de Liquidez Autonómica al solicitar un rescate al Ejecutivo español debe tener como prioritario al sector de las personas con discapacidad. “Nosotros no hemos creado la crisis, pero somos los que menos asistencia tenemos porque otros acreedores de la Generalitat tienen otros recursos, fórmulas y clientes, y si nuestro único proveedor es el Gobierno y no está en condiciones, la cuerda se rompe primero por nuestra parte. Somos el sector más débil”.
ERE en COCEMFE Valencia
De hecho, la entidad que dirige se encuentra en un proceso de ERE por el que se ha visto obligada a reducir la jornada a 17 trabajadores, entre administrativos, trabajadores sociales y auxiliares, ya que la Consejería de Bienestar Social se retrasó en los pagos de un gran programa de autonomía personal en alrededor de un año, lo que ha repercutido en los servicios a los usuarios.
“Bienestar Social nos pagó en octubre casi la totalidad de este programa y tenemos que repensar si seguimos con el ERE el próximo año, en función de si los pagos llegan a tiempo”, apostilla.
“No tengo a mi cuidadora por capricho”
Otro ejemplo que ilustra que la Comunidad Valenciana sea “zona devastada” en materia de discapacidad es el de Carmen Sierra, de 64 años, con lesión medular desde 1996, usuaria de silla de ruedas desde hace casi cinco años y declarada persona con gran dependencia (grado III, nivel 1).
“Todo esto me está afectando porque con la poca paga que tengo de la Seguridad Social, ya que he trabajado desde los 14 años hasta que me quedé enferma, estoy pagando a la mujer, a la que necesito y no tengo por capricho. No me puedo quedar sin ella”, apunta.
Sierra afirma que cuando llama a la Consejería de Justicia y Bienestar Social para interesarse por su situación, o “dan la callada por respuesta” o le comunican “no sabemos nada”, “no está contabilizado” o “sí está contabilizado y nos han dicho que para el día 15”, pero, añade con resignación, que “ese día 15 no llega nunca”.
“No estamos así porque queremos. No sé qué va a ser de nosotros y, por favor, que nos paguen porque estamos malviviendo. Al final no podremos ni ducharnos y nos tendremos que ir a una residencia”, se lamenta.
“El respiro del Servicio de Ayuda a Domicilio se ha quedado sin aire”
Otro caso es el de Vicente Valero, de 54 años y con una enfermedad neuromuscular congénita (distrofia). Afirma ser la primera persona con discapacidad en acceder a la Generalitat Valenciana con las primeras oposiciones y estuvo trabajando de administrativo durante 20 años, hasta que hace cuatro dejó su empleo porque su cuerpo “no daba para más” y por su necesidad de ventilación mecánica invasiva para facilitar las aspiraciones de la mucosa bronquial.
Hace 18 años, Valero tuvo una neumonía que le tuvo “más al otro lado que a éste” y a raíz de la cual perdió la “poca autonomía personal” que contaba, con lo que precisa desde entonces de “apoyos generalizados”. Accedió a un servicio municipal de ayuda a domicilio para poder levantarse de la cama e ir a trabajar, mientras que su madre y un tío le acostaban todos los días y le asistían para levantarse durante los fines de semana.
En 2008 pasó por última vez por el “taller” y dejó de trabajar, pero sus familiares no podían atenderle, con lo que utiliza desde entonces el Servicio de Ayuda a Domicilio de COCEMFE los fines de semanas y días festivos, con cuatro horas de apoyo para “salir a pasear, comprar, hacer alguna gestión, ir a visitas médicas y otras gestiones sanitarias”.
Sin embargo, el ERE de COCEMFE Valenciana le está afectando. “De las cuatro horas semanales he pasado a tener una. Si tenemos en cuenta que mi esposa está afectada por post-polio, la reducción de apoyo para mí supone una carga para ella y que tengamos que renunciar a muchas pequeñas cosas. El respiro que daba el Servicio se ha quedado sin aire”, explica.
La situación se magnifica por otras medidas tomadas en los últimos tiempos por otros gobernantes. “Tengo una hija en la universidad y nos ha pillado la subida de las tasas. El IVA ha inflado la factura de la luz y el gas, elementos que utilizamos con ansia para el respirador, la silla de ruedas eléctrica y el aire acondicionado, que es imprescindible en verano para una persona ventilodependiente, y la calefacción que tenemos que tener enchufada cuando la ‘gente de serie’ no la precisa. La factura farmacéutica se ha hinchado, no tanto por la aportación que tienen que hacer ahora los pensionistas, sino por la cantidad de productos que se han retirado de la financiación...”, desgrana.
